Desde hace siglos se discute la
importancia de la actividad física en la salud del individuo. Ya en 1774 el
pedagogo alemán Basedow formó una escuela donde la Educación Física formaba
parte del currículum escolar. Jahn diseñó una variedad de aparatos gimnásticos
como las barras paralelas, los burros, etc. Pero es Spiess a principios de 1900
quien incorpora la gimnasia en las instituciones escolares alemanas. En 1820,
en Suecia se incluye la Educación Física en las escuelas secundarias.
Bukh inició la llamada gimnasia primitiva en Dinamarca, con la
finalidad de crear un físico optimo mediante la práctica de ejercicios de
movimientos corporales específicos para articulaciones y espalda, extremidades,
cuello, etc. En 1860 Maclaren creó un programa de Educación Física para el
ejército británico y la marina, como suplemento a los juegos y deportes que se
venían practicando. Suiza, Francia, Estados Unidos y otros países hicieron
avances, pero la Primera Guerra Mundial (al
inicio de 1900) hizo patente las fallas de aptitud física.
Rousseau, escritor francés,
enfatizaba que la mente y el cuerpo se integran en una entidad indivisible.
Lutero consideraba que la educación física promociona la salud y es buen
sustituto de los vicios.